Entre los dedos de mis pies espuma
de olas desgarradas, barrancos y alcohol
del matojo cuervos escupen agujas
y entrelazan las uñas ante el monzón
Entre los dedos de los pies acero
la piel del vagón: cardos, óxido y gritos
y de los grandes charcos surge el cuero
sobre ellos más retículas de mosquitos
Es negro el borde del mar
bulle pieles muertas y regurgita
del barro sobresalen cadáveres al andar
como nenúfares de flores marchitas
Mi padre tiene dedos y tiene pies
entre ellos un arma blanca
suena un piano al anochecer
y estira sus finas patas de araña
Cielo cubierto de sombras doradas
un cubo proyecta: el pez se come al pez
el cuerpo de un niño flota en la playa
y el sueño de un santo gira en carrusel